Debo confesar que no lo sé. A veces se me ocurre el título pero para el resto de la nota tengo la mente en blanco. Trataré de tener confianza en mí mismo.
Por lo pronto empecemos con lo que hay.
En una intervención reciente(*), María Lía Pópez propuso una hipótesis arriesgada: que “un porcentaje” del 54% de votantes había sido “convencido”, es decir, pasó de estar en contra o ignorar el proyecto del gobierno a identificarse profundamente con él.
Digo arriesgada, porque más allá de las críticas que María Lía hace a la “generación de conciencia a través de la palabra”, lo cierto es que no duda en que por lo menos “un porcentaje” del 54% cambió de opinión, se convenció, “tomó conciencia”. Por lo tanto no sería éste el “voto volátil” de los convertidos superficialmente, los que se dejaron convencer por el mero “machaque” o por otros métodos o razones circunstanciales y que por lo tanto podrían volver a cambiar de opinión en cualquier momento.
La hipótesis es seductora pero irrefutable por la misma vaguedad con que está formulada (un solo caso particular, siempre existente, ya sirve para fundamentarla).
Pero a veces en C1/2K no nos importa tanto la rigurosidad de nuestros análisis como su aptitud para generar otros pensamientos.
Y éste –hay que reconocerlo- algo generó en mí, porque aquí estoy escribiendo, con infames 40 grados.
Desgraciadamente, mal que les pese a mis compañeros de redacción, yo creo que el porcentaje de convencidos es ínfimo.
Lo ilustraré con tres ejemplos:
Unas personas, en grupos autodenominados de reflexión y debate político, no muestran capacidad para participar sin obturar la reflexión y el debate político (l a s p e r s o n a s y l o s a p r e n d i z a j e s).
Unos legisladores sancionan un paquete de leyes, en general encomiables, y entre ellas, deslizan una que contradice sus principios e ideología explicitada, y lo hacen sin previo debate o discusión, ni posterior explicación ni asunción de responsabilidad ante la sociedad, o por lo menos ante sus electores (l a s f o r m a s y l a s c o n t r a d i c c i o n e s).
Un gobernador recientemente elegido, en los escasos días que dura su gestión, dicta –junto a sus legisladores- una ley que echa por tierra años de lucha contra la contaminación y la explotación del medio ambiente (e l f o n d o y l o s i n t e r e s e s).
Los casos han sido tomados de ese 54%, pero no de la gran masa de votantes, sino de la pequeña de “votados”, o para decirlo de otra manera, no de los “convencidos”, sino de los “convencedores”, es decir, de aquellos a quienes menos debería permitirse retrocesos o defecciones. Tomo estos ejemplos como meros casos particulares, no como la punta de ningún iceberg. No me sorprenden ni los critico especialmente, entiendo, como no, las limitaciones de nuestra democracia y si algo admiro de nuestro gobierno es que trabaja con “lo posible”. También sé que esa característica no me seduciría si pensara que nuestro gobierno no estira, y seguirá estirando, los límites de lo posible cada vez más.
Volviendo: no me interesa –en esta ocasión- proyectar los casos particulares “hacia adentro” sino “hacia afuera”: creo que si a los pocos días de asumir, la “inercia” (en el mejor de los casos) ha llevado a los “convencedores” a repetir prácticas de la “vieja política”, con tanta mayor razón esas “viejas prácticas” y esos “viejos pensamientos” estarán latentes entre los recientemente convencidos, simples votantes, personas comunes, gente de a pie como nosotros.
No es este un análisis meramente cuantitativo, de estrategia electoralista. Todo lo contrario, tiende a poner el foco en las circunstancias que refuerzan o debilitan ese punto de no retorno del que se habló en una editorial anterior (**).
Porque la regresión será más o menos probable, pero está a la vuelta de la esquina. Lo han demostrado en estos días nuestros hermanos chilenos, maquillando la dictadura de “gobierno militar” y nada menos que para los manuales de formación de los niños (en la cumbre de la CELAC fue evidente el desprecio de la Historia como herramienta de análisis por parte de Piñera, actual presidente junto a -menos mal- Chavez y Castro).
Así que, María Lía, coincido en el agrado pero no en el grado: sí, seguramente hay un porcentaje de convencidos, pero lamento decir que es mucho más pequeño de lo que desearíamos.
Optimistas saludos a pesar de todo y un año lo mejor posible
Claudio María Sabadínguez (***).
(*) SABE/CONTESTA en http://www.clasemediak.blogspot.com/search/label/Editoriales%20clasemedierasK
(**) ¿HAY VIDA LUEGO DEL 10 DE DICIEMBRE? en http://www.clasemediak.blogspot.com/search/label/El%20debate%20como%20condici%C3%B3n
(***) QUIEN ES QUIEN EN C1/2K en http://www.clasemediak.blogspot.com/p/quien-es-quien-en-c12k.html
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